viernes, 30 de mayo de 2008

Quevachaché

Como todos los jueves, tuvimos la compañía de la gente de la Escuela Metropolitana de Arte Dramático. Pero antes, aprovechando para recordar algunas fechas de conciertos, conferencias y efemérides, escuchamos al trío Barenboim-Mederos-Consolé versionando el "Otoño porteño" de Piazzolla.

Y después sí, saludamos a Daniel Viola, que nos presentó a los invitados de hoy: Manuel Longueira y parte del elenco de la Antígona Hot que él dirige junto a Antonio Celico, todos los sábados a las 21.30 en el Auditorio de la EMAD. Al principio, uniendo el "hot" del título con la historia de Antígona, que quiere enterrar a su hermano a pesar de la prohibición paterna, dije: ¡Zas! ¡Se vienen el incesto y la necrofilia! Pero las chicas del elenco aclararon el malentendido: en realidad, Antígona Hot es una readaptación del mito ambientada en un lupanar suburbano. También nos contaban que la obra nació a partir de las propuestas y las lecturas de los propios alumnos -hoy ya recibidos- de la EMAD, que abrevaban en las diversas lecturas del mito de Antígona, desde la tragedia de Sófocles hasta Marechal, pasando por Jean Anouilh y Griselda Gambaro. Una verdadera creación colectiva.

Lista de temas del programa # 12:

Otoño porteño (Ástor Piazzolla) - Daniel Barenboim, piano; Rodolfo Mederos, bandoneón; Hector Consolé, contrabajo
Quevachaché (E. S. Discépolo) - Carlos Gardel

jueves, 29 de mayo de 2008

Percusión Baby

La verdad es que quería arrancar el programa con el trío Barenboim-Mederos-Consolé haciendo “Otoño porteño” de Piazzolla… Pero hacía tal frío que el título de la obra iba a sonar a chiste de mal gusto. Sobre la marcha, pues, cambiamos a “Hoy todo el hielo en la ciudad”, temazo de Almendra. Y así entramos en calor.

Hoy tuvimos un invitado de lujo –y algo me dice que el futuro será algo más que un invitado en estudio de noche…–, que es Jorge Lutzow Holm, profesor de percusión en ambos conservatorios de la ciudad, con quien pudimos conversar un poco sobre esos extraños instrumentos que, además de ser muy importantes en diversas funciones rituales, también sirven para hacer música o, llegado el caso, para utilizar en defensa personal. Si bien existe un muy difundido chiste según el cual los percusionistas son los mejores amigos de los músicos, Jorge desmiente el dictum, por ser al mismo tiempo un gran amigo y un gran músico.

Y hablando de percusión, anunciamos que el próximo viernes 6 de junio a las 20, en el Teatro 25 de Mayo y con entrada libre y gratuita, actuará el Conjunto de Percusión del Conservatorio “Manuel de Falla”, que este año celebra su 40° aniversario. Con dirección de Miguel Ángel Gilardi y la participación de Gabriela Guzzo como cantante invitada, interpretarán obras de Piazzolla, Ginastera, Roque de Pedro y varios autores más. Aprovechamos la presencia de Jorge para preguntarle acerca de su paso por el Conjunto, allá por 1974, cuando lo dirigía Carmelo Saítta.

Tuvimos también oportunidad de saldar una pequeña deuda con la audiencia, porque en el programa de ayer había prometido compartir un pasaje de la charla que ofreció el martes Salvador Ranieri en el Conservatorio “Manuel de Falla”, en la que contaba cómo fue que se escapó del Colón para ir a la Bombonera a ver a Boca. Por un inconveniente –al que utilizando un eufemismo podría calificar de “desperfecto técnico”, como para ocultar que lo que en verdad ocurrió es que me dejé el disco en mi casa–, no lo pudimos pasar ayer, así que cumplimos hoy. Y se me ocurrió musicalizarlo con una canzonetta italiana, “Malafemmena”, interpretada por el que acaso sea el más extraordinario intérprete de ese repertorio: Roberto Murolo. Si creen que exagero, aquí lo pueden escuchar cantando “Reginella”. Después me dicen.

A domani.

Lista de temas del programa # 11

Hoy todo el hielo en la ciudad – Almendra
Malafemmena – Roberto Murolo
Malambo (Eduardo Basualdo) – Conjunto de Percusión del Conservatorio Superior de Música “Manuel de Falla”
¡Como suenan esas tapas! – Ernesto Jodos
Funiculi, funicula – Roberto Murolo

'Round Midnight

Llegó el programa número 10, y lo celebramos con varias versiones de “’Round Midnight”, en una evidente alusión al horario en el que transmitimos estudio de noche… Arrancamos con Thelonious Monk, pasamos por Miles Davis y terminamos con Wes Montgomery… y es sólo el comienzo, porque seguiremos escuchando otras versiones en próximos programas. Y la verdad es que se nos está haciendo costumbre esto de pasar en distintos programas (o en el transcurso del mismo programa, como en este caso) diferentes versiones de una misma pieza. No deja de ser un ejercicio interesante, y además intentamos elegir música que merece ser escuchada más de una vez…

Pero “Round Midnight” no fue lo único que escuchamos. También pudimos compartir algunos pasajes de la conferencia que brindó, unas horas antes, en el auditorio del Conservatorio “Manuel de Falla”, Salvador Ranieri, que además de ser un extraordinario compositor es un personaje entrañable. Escuchamos los pasajes en los que recordaba su infancia en Calabria y sus primeros pasos en la música, y complementamos sus palabras con una de sus obras: Ludis sonantibus, para cuarteto de saxofones.

Lista de temas del programa # 10

‘Round Midnight – Thelonious Monk (París, 1954)
Ludis sonantibus (Salvador Ranieri) – Cuarteto Koh-I-Noor
‘Round Midnight – Miles Davis (Nueva York, 1956)
‘Round Midnight – Wes Montgomery (Nueva York, 1959)

martes, 27 de mayo de 2008

Piano, piano...

Como las tradiciones se van construyendo de a poco, arrancamos la tercera semana de estudio de noche, al igual que las dos anteriores, escuchando un tango. Esta vez con un condimento especial, porque al piano está Daniel Barenboim, tomando el lugar nada menos que de Horacio Salgàn. La elección se debe precisamente a la visita de Barenboim, que actuará por estos días en Buenos Aires al frente de la Staatskapelle de Berlín. Entre otras cosas, ofrecerá un concierto en el Luna Park el plácido domingo… ejem… el próximo domingo, celebrando los 100 años del Teatro Colón, que se cumplieron precisamente el 25 de mayo pasado. Y si bien este programa cuenta con producción de la Dirección General de Enseñanza Artística, tampoco es cuestión de dejar pasar el aniversario del Colón así como así. Por lo pronto, para los alumnos, graduados y profesores de los institutos que dependen de la DGEART, el Colón es un lugar muy especial: muchos de ellos han actuado allí, y otros tienen la ilusión de hacerlo algún día.

Se imaginarán que elegir alguna pieza musical para celebrar los cien años del Colón es, necesariamente, una decisión caprichosa. La elección de una obra que resuma cien años de historia es ciertamente una utopía. Pero elegimos el “Voi che sapete” de Las bodas de Fígaro que cantó Teresa Berganza en 1970, porque la mezzo española ofrecerá una serie de clases magistrales para cantantes, a partir del 2 de junio, en el Teatro 25 de Mayo. Como ven, era todo una excusa para pasar el chivo.

Después, jugamos al Memotest: la semana pasada escuchamos las Seis danzas populares rumanas de Béla Bartók en una transcripción para violìn de Henryk Szeryng. Hoy las escuchamos en versión para orquesta de cámara, por la Camerata Bariloche. Y pegadito, otra vez continuando lo iniciado la semana pasada, más del Birth of the Cool de Miles Davis, esta vez con “Rouge” de John Lewis.

El final del programa se lo dedicamos a Barenboim, recordando un incidente ocurrido en julio de 1980, en plena dictadura, cuando volvió al país después de veinte años para dirigir en el Teatro Colón a la Orquesta de París. El affaire, que cierta prensa conspirativa vernácula adscribía a una “campaña anti-argentina” de escala planetaria –con Francia como base de operaciones–, comenzó antes de la llegada de la Orquesta, invitada a nuestro país por el Mozarteum Argentino para ofrecer una serie de tres conciertos en el Teatro Colón y uno en el Teatro Libertador San Martín de la ciudad de Córdoba. En Francia, diversas agrupaciones les exigieron a los músicos de la Orquesta que no viajaran a la Argentina, en rechazo al gobierno de Jorge Rafael Videla y las sistemáticas violaciones a los derechos humanos implementadas por el gobierno y que afectaban, también, a ciudadanos franceses. La Orquesta decidió, sin embargo, aceptar la invitación –su director desde 1975 era, al fin de cuentas, un argentino–, y declaró oficialmente que la música y la política corrían por canales diferentes: el objetivo del viaje era únicamente tocar para el público, independientemente del gobierno de turno. Los detalles del conflicto son muchos como para desarrollar aquí, pero baste con señalar que, una y otra vez, se intentó minimizar el asunto haciendo referencia a la supuesta independencia de la cultura respecto de la política. El propio Barenboim parecía cerrar el asunto al declarar: “A mí no me gusta que los políticos opinen sobre cómo debe tocarse la música de Mozart, de modo que tampoco yo opino sobre cómo debe hacerse política.” Ahora bien, en boca de cualquier otra persona, la frase podría sonar casi irrelevante, pero en boca de un argentino-israelí nombrado ciudadano de honor palestino, que interpreta en Israel la música de Richard Wagner y creó y dirige una orquesta de jóvenes palestinos e israelíes, esas palabras exigen un mayor esfuerzo de interpretación. Por lo pronto, probablemente nunca se haya escuchado o leído tantas veces, repetido una y otra vez, que la música y la política no tenían nada que ver. Esa sola profusión resultaría una demostración por el absurdo de que lo que en verdad ocurre es exactamente lo opuesto. ¿Qué sentido tendría expresar una y otra vez lo evidente, sino es precisamente porque se lo sabe imposible?

Cerramos, pues, el programa escuchando a Barenboim y Fischer-Dieskau haciendo “Um Mitternacht” de los Rückert-Lieder de Gustav Mahler. Es casi innecesario decir que Dietrich Fischer-Dieskau es probablemente uno de los más grandes cantantes de los últimos cien años, pero lo nombré primero a Barenboim por la importancia que tiene el piano en esta canción. Para los que se preguntan cómo es posible que Barenboim pueda ser reconocido al mismo tiempo como director de orquesta y como pianista (en una época en la que la especialización parece ser la tendencia dominante), pueden escuchar esta canción y sacarse las dudas: en manos de Barenboim, el piano puede llegar a sonar como una orquesta completa. A propósito de "Um Mitternacht": la traducción literal al inglés del título debería ser... sí: ’Round Midnight”, pero eso lo dejamos para mañana… Algo muy apropiado para estudio de noche, que también transcurre durante esos minutos fuera de foco, en los que "hoy" es una mezcla rara de "ayer" y de "mañana". Y siguiendo con las curiosidades, y para agregarle una cuota de narcisismo al programa (ah, ah, mostré la hilacha, al final), los acordes que sonaban en la despedida eran los de Wes Montgomery y Tommy Flanagan haciendo “Mr. Walker”.

Hasta mañana.

Lista de temas del programa # 9

Aquellos tangos camperos (Horacio Salgán – Ubaldo De Lío) – Daniel Barenboim, piano; Rodolfo Mederos, bandoneón; Héctor Consolé, contrabajo
“Voi che sapete” de Le nozze di Figaro (Wolfgang Amadeus Mozart) – Teresa Berganza, mezzosoprano; Orquesta Estable del Teatro Colón, director: Peter Maag
Seis danzas populares rumanas (Béla Bartók) – Camerata Bariloche
Rouge (John Lewis) – Miles Davis
Um Mitternacht (Gustav Mahler) – Dietrich Fischer-Dieskau, barítono; Daniel Barenboim, piano
Mr. Walker – Wes Montgomery

viernes, 23 de mayo de 2008

Barro y huesos

Hoy recibimos una vez más a nuestros amigos de la Escuela Metropolitana de Arte Dramático. Junto a Daniel Viola, vicedirector de la EMAD, estuvieron Andrés Bazzalo y Emiliano Samar, director y uno de los actores, respectivamente, de la obra Escrito en el barro. Pero antes de hablar con ellos hicimos unos anuncios que voy a repetir aquí, así agendan:

En primer lugar, no olviden que el próximo jueves 29, en el Complejo Cultural Cine Teatro 25 de Mayo (Triunvirato 4444, pleno corazón de Villa Urquiza), tendrá lugar el lanzamiento del proyecto “Club de Jazz”, con la presentación de la Big Band del Conservatorio Superior de Música “Manuel de Falla” y del Noneto del Conservatorio, ambos dirigidos por Valentín Reiners. Acá va una foto de uno de los ensayos. Allí, entre bronces, se lo ve a Matías Traut, un trombonista para tener muy en cuenta, al que pudimos escuchar hace poquito en la Feria del Libro.
Al día siguiente, en No Avestruz (Humboldt 1857), Guillo Espel presenta el disco Salir al ruedo, grabado con el cuarteto que integra junto con Oscar Albrieu Roca en vibráfono, Alejandro Guerschberg en bandoneón, Alfredo Zuccarelli en cello y el propio Guillo Espel en guitarra. Más datos aquí.

Al día siguiente (así de frenética es la actividad de los músicos, afortunadamente), Marcelo Delgado y la Compañía Oblicua presentan su primer disco, Latitud Sur, en el Centro de Experimentación del Teatro Colón. Por si ya se perdieron, con tantos anuncios, esto es el sábado 31, a las 20.30.

Y ahora sí, vamos a los invitados del día de hoy: Andrés Bazzalo es el director de Escrito en el barro, una premiada adaptación del Othello de Shakespeare que pronto se presentará en San Sebastián. Antes de que la lleven a España, la podemos ver en El Grito (Costa Rica 5459), los viernes y sábados a las 21.30. Lo curioso de la obra es que está muy inteligentemente adaptada a un contexto argentino: Otelo (en esta versión se llama Sosa) ya no es un moro al frente del ejército veneciano, sino que es un gaucho en la guerra contra el Paraguay. Así, las intrigas de la corte veneciana se transforman en las maniobras criminales de la Triple Alianza. Emiliano Samar, graduado de la EMAD, interpreta a Rodrigo, uno de los pocos personajes que mantienen el nombre de la obra original (el otro es Miguel Cassio, que en Escrito en el barro se llama Miguel, a secas).

Y entre charla y charla, un poco de música. Daniel trajo a Ignacio Corsini y a Joan Manuel Serrat. Para retomar el ambiente shakespearoide, yo elegí “The Short Measure of My Lady Wynkfylds Rownde”, una tonada tradicional con la que Philip Pickett abre su experimento isabelino-psicodélico The Bones of All Men. Por si alguno le interesan estos sonidos extravagantes, ese proyecto es el resultado de cruzar a músicos de primera línea del campo de la música antigua (el propio Pickett o el violinista Pavlo Besnoziuk, que ya colaboraron juntos en el New London Consort) y popes del rock progresivo británico como Richard Thompson, de Fairport Convention. Parece que Pickett lo conoció a Thompson cuando, en los setentas, y antes de volcarse definitivamente a las flautas y los manuscritos renacentistas, lideraba una banda de folk-rock llamada, muy apropiadamente, Albion Band. Un crítico dijo que escuchar The Bones of All Men era como viajar al Renacimiento y a los '70 al mismo tiempo.

Nosotros nos reencontramos la semana próxima.

Lista de temas del programa # 8

The Short Measure of My Lady Wynkfylds Rownde (trad.) – Philip Pickett y Richard Thompson
A la luz del candil (J. Navarrini / C. V. Gerona Flores) – Ignacio Corsini
Y el amor – Joan Manuel Serrat

jueves, 22 de mayo de 2008

cool / lost

El de hoy fue un programa muy cool, definitivamente. Y no es que quiera mandarme la parte: ocurre que el próximo jueves 29, en el Complejo Cultural 25 de Mayo (Triunvirato 4444, pleno corazón de Villa Urquiza), tendrá lugar el lanzamiento del proyecto “Club de Jazz”, con la presentación de la Big Band del Conservatorio Superior de Música “Manuel de Falla” y del Noneto del Conservatorio, ambos dirigidos por Valentín Reiners. Y el Noneto del Conservatorio, que comenzó a funcionar en abril de 2007 con los alumnos de la carrera de Jazz, viene realizando un trabajo muy intenso de estudio de la música escrita por Gil Evans, Gerry Mulligan y John Lewis, es decir: precisamente la música documentada en uno de los discos más célebres de la historia del jazz: Birth Of The Cool de Miles Davis. Claro que aquí el “nacimiento del cool” no hace referencia al momento en que nació Alan Faena, sino al Cool Jazz que Miles Davis y su Noneto impulsaron por los años 1949 y 50.

Ustedes saben que a los músicos de jazz les gustan mucho los juegos de palabras a la hora de ponerles nombre a sus composiciones. Como a nosotros también nos gustan esas jugarretas, trapisondas y retruécanos, elegimos “Venus de Milo” de Gerry Mulligan. Nótese que “Venus de Milo”, en inglés se pronuncia Vínas di Máilou, con lo cual se alude con ese nombre al líder de la agrupación, Miles (léase Máils) Davis, asociándolo nada menos que con Venus, la divinidad más voluptuosa del panteón romano. Y eso sí que es definitivamente cool

Y como quien dice noneto dice Conjunto 9 de Piazzolla, después nos despachamos con el "Preludio 9" del Ástor, una pieza genial. Si la escuchan con atención, van a ver que empieza como la banda de sonido de la serie Lost, con glissandi y todo… Y de pronto, de ese fondo un tanto misterioso, aparece un solo de guitarra que quita el aliento.

La referencia a Lost no es caprichosa. Fíjense si no: empecé hablando de la actuación, el próximo jueves 29, del Noneto y de la Big Band del Conservatorio… Y sin duda, una de las Big Bands más famosas del siglo pasado fue la de Glenn Miller. Ahora bien (acá viene la parte curiosa): Durante la Segunda Guerra Mundial, Glenn Miller tocaba con su orquesta para los soldados aliados. Un día, el 15 de diciembre de 1944, debía viajar de Londres a París para tocar para el ejército que acababa de liberar la capital francesa. Pero el avión en el que viajaba nunca llegó a destino. Desapareció mientras cruzaba el Canal de La Mancha, y nunca se lo descubrió. Por eso no sorprende que en un par de capítulos de Lost se escuche música de Glenn Miller… Lo mismo hicimos nosotros, y escuchamos "Moonlight Serenade", mientras esperamos (con impaciencia y hasta un poquito de angustia) que llegue el final de la cuarta temporada de Lost. ¿Y cuándo transmiten ese último capítulo? Pues nada menos que el jueves 29. Demasiadas casualidades… Y si no, miren esta foto de Hurley tomándose el bondi 41, que va de Munro a Once, todas las mañanas, a eso de las ocho y media... Creo que eso explica por qué en la isla de Lost pasan cosas tan extrañas… No están en el medio del Pacífico. Los sobrevivientes del vuelo Oceanic 815 cayeron… ¡en Argentina!

Pero bueno, ya basta de frivolidades, series de televisión y esas cosas… Hoy jugó Boca. Y si bien tengo la fortuna y el orgullo de ser hincha del Club Atlético Independiente, verdadero rey de Copas, tampoco es cuestión de pasar por alto el rendimiento de un equipo argentino en la Libertadores. Sobre todo si ese equipo es el club de los amores del compositor Salvador Ranieri, de quien se cuenta que una vez faltó al estreno de una de sus obras en el Teatro Colón porque se fue a la Bombonera a ver a “Boquita”. El caso es que Salvador Ranieri ofrecerá una charla abierta en el auditorio del Conservatorio Manuel de Falla (Gallo 238) el próximo martes 27, a las 20 hs. Hablará de música, pero seguro que algún comentario al partido de Boca va a hacer… Si hasta Palermo metió tres goles. ¿No les digo que en Argentina pasan cosas más raras que en Lost?

Así que escuchamos, apropiadamente, Tensión de Salvador Ranieri. Y, finalmente, nos despedimos con “Milo” de Ernesto Jodos, que además de ser un compositor y pianista excepcional, es el Director de la carrera de Jazz del Conservatorio. Así que empezamos con “Venus de Milo” y terminamos con “Milo”. Parece que Venus se perdió por el camino…

Hasta mañana.

Lista de temas del programa # 7

Venus de Milo (Gerry Mulligan) – Miles Davis y su Noneto
Preludio 9 (Ástor Piazzolla) – Ástor Piazzolla y su Conjunto 9
Moonlight Serenade (Glenn Miller) – Glenn Miller y su Orquesta
Tensión (Salvador Ranieri) – S. Masci, violín; I. Amerio, piano
Milo (Ernesto Jodos) – Ernesto Jodos

miércoles, 21 de mayo de 2008

Cuestión y otros violines

Ya avisamos que, cada tanto, tendremos en estudio de noche algún que otro programa monográfico. Pues bien, el de hoy es uno de ellos. Composición, tema: el violín.

Arrancamos escuchando Liebesleid de Fritz Kreisler, para ver si algún despistado, mientras revoleaba el dial, pensaba que estaba escuchando el programa de Dolina y se quedaba con nosotros. El minuto a minuto nos dirá si la estrategia funcionó. Como sea, la grabación que escuchamos fue realizada en vivo el Salón Dorado del Teatro Colón, en una función que tuvo lugar el 17 de agosto de 2005. El violinista, Janos Morel, profesor del Conservatorio “Manuel de Falla”, le rendía en aquella ocasión un homenaje a dos grandes músicos, sin duda dos de los más grandes violinistas del siglo pasado: Arthur Grumiaux y Henryk Szeryng. Es curiosa la historia de Szeryng, porque nació en Polonia, en la misma ciudad en la que había nacido, casi un siglo antes, Frederic Chopin (que no tocaba el violín, sino el piano, pero bueno…), y cuando tuvo que partir al exilio, durante la Segunda Guerra Mundial, adoptó la ciudadanía mexicana. Se dedicó a la docencia, en la Universidad de México, y un día, allá por los años cincuenta, lo convencieron para que retomara su actividad como concertista. Y gracias a Dios que lo convencieron, porque además de realizar giras por todo el mundo, incluída la Argentina, nos dejó también una gran cantidad de grabaciones, todas ellas extraordinarias.

A propósito de la obra que escuchamos en segundo lugar, las Seis danzas populares rumanas de Béla Bartók interpretadas por el propio Szeryng, lo que a mí siempre me resultó notable en la música de Bartók es cierta melancolía que está presente incluso en los pasajes aparentemente más alegres de su música. Acaso se deba a la condición de exiliado de Bartók, quien también, a causa del nazismo y al igual que Szeryng, debió escapar de Europa, en su caso buscando refugio en los Estados Unidos.

Y hablando de exilios y melancolías, de violines y otras cuestiones, se me ocurrió que un complemento ideal para la música de Bartók, intepretada por Szeryng, era un poema de Gelman, precisamente de Violín y otras cuestiones. Es un poema muy extenso como para reproducirlo completo (cosa que, por otra parte, infringiría leyes vigentes sobre derechos de autor), así que aquí van unos extractos. Pero ustedes consíganlo entero, porque no tiene desperdicio…

(…) el río entonces una madrugada
fue despertado por extrañas voces,
palabras dulces o ásperos sonidos,
el aire anduvo averiguando qué
demonios sucedía, qué lenguaje
lo trizaba en cristales asombrados,
mientras los inmigrantes descendían
con pantalones castigados, los
bolsillos llenos de nostalgia y unos
sueños, los pocos permitidos por
la Compañía de Navegación.

(…) aquí vinieron, construyeron casas,
relojes, sillas, lápices, pañales,
empuñaron la reja, hicieron
llover del suelo gotas congeladas
de trigo o de maíz, aquí vinieron
y edificaron días, esperanzas,
árboles, hijos, pájaros, canciones,
aquí empezó a dolerles el huesito,
mientras el amo alcorta o anchorena
mantenía queridas en París,
vendía al país por unas esterlinas,
paseaba sus polainas por Europa.

Aquí vinieron, si, los gringos, los
estranjis, aprendieron a besar
el mate largamente, a conversar
en porteño mezclado, en guaraní,
(…) y como
muchos de ellos venían de la pólvora,
del aire de las barricadas
populares y muchos descendían,
por parte del dolor, de la pelea,
los amos les dictaron una ley:

“Queda prohibido para el extranjero,
jornalero, albañil, bracero o pobre,
pedir aumento de salario, unirse,
luchar por su camisa, el delantal,
la cuchara, el repollo, los manteles.
Tiene permiso para sufrir hambre,
golpes y lágrimas, humillaciones,
como los chinos de esta sucia tierra.
Puede olvidar de a poco que es un hombre,
y si lo recordase, hereje, bárbaro,
archívese, publíquese, y devuélvase
encadenado a su lugar de origen.”

Después, como para seguir con la veta literaria del programa de hoy, escuchamos una vez más a Janos Morel, esta vez acompañado por Gustavo Cerati, Zeta Bosio y Charly Alberti, con arreglos de Alejandro Terán. Ocurre que si leen los créditos de Sueño Stereo, el disco que Soda editó en el 95, verán que allí el violinista no es otro que el mismísimo Morel. Nosotros elegimos “Efecto Doppler”, porque tiene unos arreglos de cuerdas realmente impresionantes, entre ellos un solo de violín que bien puede llamarse “La invención de Morel”…

Pegadito a “Efecto Doppler”, para compensar mi improvisado desempeño como lector, escuchamos al propio Gelman recitando uno de sus Poemas de Sydney West: “Lamento por el sapo de Stanley Hook”, una joyita que empieza con los irresistibles versos:

stanley hook llegó a melody spring un jueves de noche
con un sapo en la mano

Finalmente, en exclusiva para estudio de noche, escuchamos El alma del cielo de Eva Lopszyc, una extraordinaria pieza para violín solo, interpretada por Sebastián Masci. Muchas gracias a Eva por hacernos llegar la grabación. Muy pronto la tendremos como invitada en el estudio para hablar de su música y otras cuestiones…

Como cierre, dejamos que sonara la “Turkey Chase” que Bob Dylan compuso para la banda de sonido de Pat Garrett & Billy The Kid de Sam Peckinpah, uno de esos dúos de violín y banjo que son ideales para escuchar en la ruta mientras uno escapa del granjero que quiere matarlo a escopetazos por haberse atrevido a intimar con su hija.

Y a meter violín en bolsa, hasta mañana.

Lista de temas del programa # 6

Liebesleid (Fritz Kreisler) – Janos Morel, violín; María Elena Barral, piano
Seis danzas populares rumanas (Béla Bartók) – Henryk Szeryng, violín; Charles Reiner, piano
Efecto Doppler – Soda Stereo
Lamento por el sapo de Stanley Hook – Juan Gelman
El alma del cielo (Eva Lopszyc) – Sebastián Masci
Turkey Chase – Bob Dylan

martes, 20 de mayo de 2008

Capricho alemán

La semana pasada arrancamos nada menos que un martes 13, con lo cual fue necesario recurrir a lo que bien podríamos llamar “exorcismos musicales”. Aparentemente, los exorcismos funcionaron: la semana transcurrió en forma más que aceptable, no se cayeron los ascensores al venir al estudio, nuestros invitados no fueron golpeados por una lluvia de meteoritos… También dijimos en aquella oportunidad que los artistas son gente supersticiosa, de modo que, puesto que hace una semana empezamos con un tango y salió todo bien, hoy también, a modo de cábala, empezamos con otro tango, agradeciéndoles a los muchachos del Cuarteto Bien Pulenta, que nos hicieron llegar su disco Tango a la que te criaste. Hace una semana fue “Pata Ancha” de Mario Demarco. Hoy empezamos con “Chiqué” de Ricardo Luis Brignolo. Y así se largó la segunda.

A continuación, un breve interludio dedicado a comentar las letras de tango, un universo virtualmente inagotable, en el que se puede encontrar de todo… “Chiqué”, por ejemplo, con letra del propio Brignolo, es prácticamente un atentado poético… Digan si no:

Recuerdo que eras más linda
Que una guinda

Y como si eso no fuera suficiente, agrega:

Y un pelpa de cien.

Todo muy romántico… Y después critican al Pity Álvarez. Afortunadamente, escuchamos una versión instrumental y no hubo que lamentar víctimas.

Luego abrimos un pequeño paréntesis, a los que estudio de noche es tan adepto (así en el aire como en el blog, como por ejemplo en esta oración, sin ir más lejos). Más aún, hasta podría decirse que el propio programa es un enorme paréntesis. Porque si bien es cierto que este espacio cuenta con producción de la Dirección General de Enseñanza Artística y tiene como principal objetivo difundir las actividades de los alumnos, los graduados y los profesores de los institutos de enseñanza artística de la ciudad de Buenos Aires, no es menos cierto que los artistas son también seres humanos, aunque algunos pretendan disimularlo. Con sus intereses, preocupaciones, gustos y, por qué no, también caprichos, que exceden el marco de las instituciones en las que se forman. De modo que por momentos será necesario exceder el marco institucional y abordar cuestiones, si se quiere, periféricas para el objetivo central del programa, pero que merecen ser comentadas. Todo esto viene a cuento porque nos tomamos la libertad de recomendar el espectáculo que Alfredo Arias presenta esta noche a las 20.30 en Villa Ocampo: una lectura de la obra Alabama Song de Gilles Leroy, con la que el autor francés (de paso por Buenos Aires en estos días) obtuvo el premio Goncourt el año pasado. El título de la obra está tomado de uno de los números más populares de la ópera Ascenso y caída de la ciudad de Mahagonny, con libreto de Bertolt Brecht y música de Kurt Weill. Y de puro caprichosos que somos, escuchamos “Alabama Song”, interpretada nada menos que por Ute Lemper.

Valga una aclaración: en estudio de noche, la palabra “capricho” no posee, ciertamente, una connotación negativa. Hay, justo es reconocerlo, muchos caprichos que son buenos, y algunos incluso muy buenos, como los Caprichos de Paganini, o la ópera Capriccio de Richard Strauss. Y sí, de acuerdo: como chiste es malísimo. Pero lo de los caprichos va en serio: Aquí, además de propuestas, mensajes, saludos, críticas y otros varios etcéteras, pueden ustedes expresar todo tipo de pedidos caprichosos, expresados en preguntas del tipo “¿Por qué no hablan un poco de los poetas surrealistas?” o “¿Por qué no pasan un tema de Calamaro?” o “¿Cuántas veces tendrá que mirar hacia arriba un hombre hasta poder ver el cielo?” A esta última pregunta, Marlene Dietrich traduce a Bob Dylan al alemán y responde que “El viento tiene la respuesta” (Die Antwort weisst ganz allein der Wind).

La semana pasada también estuvimos comentando la visita del conjunto italiano Nuove Forme Sonore, cuyos integrantes, además de ofrecer un concierto en el Centro de Experimentación del Teatro Colón, tuvieron a su cargo talleres y clases magistrales en el Conservatorio Manuel de Falla y en la Escuela Metropolitana de Arte Dramático. Así fue que en nuestro primer programa escuchamos un poco del disco Tuba Libre de Giancarlo Schiaffini, el gurú de Nuove Forme Sonore, y prometimos que esta semana escucharíamos algo de otro de los conjuntos que integra el mismo Schiaffini: la Italian Instabile Orchestra. Así que cumplimos esa promesa, y escuchamos un poco de jazz experimental italiano, como para que no queden dudas de que en este programa toda la música, o por lo menos cualquier cosa que se le parezca, tiene su espacio.

Ventajas de hacer un programa en vivo, pudimos festejar en directo el triunfo de los San Antonio Spurs de Manu Ginóbili sobre los New Orleáns Hornets. Los Spurs son nuevamente finalistas de la Conferencia Oeste, y qué mejor modo de celebrarlo que escuchando “Sweet Georgia Brown”, el tema que hicieron famosos los Harlem Globetrotters. Y después de escuchar a grandes cantantes alemanas, como Ute Lemper y Marlene Dietrich, ¿quién más indicado para cerrar el programa que Oscar Alemán?

Seguimos mañana.

Lista de temas del programa # 5

Chiqué (Ricardo Luis Brignolo) – Cuarteto Bien Pulenta
Alabama Song (Bertolt Brecht / Kurt Weill) – Ute Lemper
Die Antwort weisst ganz allein der Wind (Bob Dylan) – Marlene Dietrich
Sud (Mario Schiano) – Italian Instabile Orchestra
Sweet Georgia Brown (Maceo Pinkard / Kenneth Casey) – Oscar Alemán

viernes, 16 de mayo de 2008

Espacios comunes

Después de tres programas en los que la música fue protagonista, no queríamos terminar la primera semana de estudio de noche sin concederle un espacio igualmente generoso a la gente de teatro. Pero antes de empezar, un poquito de actualidad…

Si visitaron recientemente el sitio de la Revista Ñ, habrán encontrado allí una noticia bastante singular: un robot dirigió a la Orquesta Sinfónica de Detroit. No nos han confirmado las declaraciones, pero aparentemente los músicos habrían manifestado después del concierto: “Nos ha dirigido un ser frío, inhumano, carente de corazón y de sentimientos… ¡y encima ahora nos dirige un robot!”

Volviendo al programa, recibimos a la gente de la Escuela Metropolitana de Arte Dramático con música incidental, es decir, música compuesta para acompañar las acciones de una pieza dramática. Elegimos una bastante peculiar: la “Marcha turca” que Beethoven compuso para la obra La consagración de la casa de Carl Meisl, y que fue popularizada nada menos que por el Chavo del 8. No se buscó ningún tipo de alusión, me apresuro a aclarar…

… digo, porque inmediatamente le dimos la bienvenida a Daniel Viola, responsable de coordinar y producir el espacio “La docta ignorancia de la EMAD” (esta sí es una alusión deliberada, pero a la filosofía de Nicolás de Cusa, a quien ya le dedicaremos algunos posts en este blog), que todos los jueves nos traerá como invitados a alumnos y profesores de la Escuela Metropolitana de Arte Dramático. Hoy nos acompañaron Ezequiel Molina y Margarita Sanya María Cea.

Ezequiel adaptó, dirige y actúa en Dos pasos de paz, dos pasos de guerra del dominicano Reynaldo Disla. Entre otras cosas, nos contó cómo fue el enriquecedor intercambio de correos electrónicos con el autor para lograr adaptar la obra a la sensibilidad del público argentino. Modificaciones en el lenguaje, variaciones en los personajes… toda una serie de decisiones que ponen de manifiesto los desafíos de uno de los momentos fundamentales de la interpretación artística: la apropiación por parte del intérprete de la obra del autor, para poder darle vida. Por cierto, algo que no es propiedad exclusiva del teatro, y que lo músicos conocen muy bien. Y hablando de músicos, tuvimos oportunidad de escuchar parte de la música incidental (ya que definimos el término, hagamos uso de él) de Dos pasos de paz, dos pasos de guerra, a cargo de Juan Pablo Díaz Hermelo.

Conversamos luego con Margarita, directora de la compañía Colectivo La Pupila de Santiago de Chile, que presentan este fin de semana Dos para el camino del peruano César Demaría en el teatro de la EMAD (Jufré 141). Fue interesante poder comparar la actividad teatral a ambos lados de la cordillera, y de hecho, tanto la obra de Disla como la de Demaría forman parte del festival argentino-chileno “Espacios comunes”, cuya programación completa se puede consultar aquí.

Y así pasó la primera semana de estudio de noche. La próxima cita en la radio será en la trasnoche del lunes. Pero puede ser que durante el fin de semana tengamos alguna novedad para comentar en este espacio. Tal vez el anuncio de un robot conduciendo el programa en un futuro cercano… ¿Será posible? ¿Otro más?

I’m afraid, Dave. Dave, my mind is going. I can feel it. I can feel it. My mind is going. There is no question about it. I can feel it. I can feel it. I can feel it. I’m a... fraid.

Hasta la próxima.

Lista de temas del programa # 4:

“Marcha turca” de La consagración de la casa (Ludwig van Beethoven) – Orquesta Filarmónica de Berlín; Claudio Abbado, dirección
Oasis (J. P. Díaz Hermelo) – Juan Pablo Díaz Hermelo, guitarra
Chau, no va más (Virgilio y Homero Expósito) –

jueves, 15 de mayo de 2008

Para las seis cuerdas


Traiga cuentos la guitarra…
J. L. Borges

Un programa monográfico, de esos que cada tanto tendremos. El de hoy, dedicado a la “máquina que mata fascistas”, como le gustaba decir a Woody Guthrie. Desde luego, resulta imposible agotar la riqueza de la guitarra en único programa, así que ya habrá oportunidad de continuar explorando sus posibilidades. Por lo pronto, el menú de hoy resultó bastante variado…

… empezando con el primer movimiento de la Historia del Tango de Ástor Piazzolla, en versión de Luis Rocco en flauta y Víctor Villadangos en guitarra. Acerca de esta primera pieza, “Bordel 1900”, el propio Piazzolla explica: “Los orígenes del tango en Buenos Aires se remontan a 1882, y los primeros instrumentos que lo tocaban en ese tiempo eran guitarra y flauta. Esta música debe ser tocada con mucha picardía y gracia para visualizar las alegrías de las francesas, italianas y españolas que vivían en esos burdeles, coqueteando con policías, ladrones, marineros y malevos que las visitaban. Esta época era diferente a todas: el tango era alegre.” Como se ve, Piazzolla también era un maestro en el arte de la guitarra… Le agradecemos a Luis Formento, nuestro locutor, que le prestó su voz a Piazzolla para explicar estos “pícaros” orígenes de tango.

De ahí pasamos a Johann Sebastian Bach y la “Giga” de su Suite para laúd en Mi menor, BWV 996, interpretada en guitarra por Juan Pablo Esmok Lew, graduado del Conservatorio “Manuel de Falla”, en donde estudió, precisamente, con Víctor Villadangos. No hay ninguna duda de que Bach era un compositor de una enorme capacidad: piensen que tiene más de 90 Gigas…

Y seguimos con la Historia del tango de Piazzolla. Pero nos salteamos una etapa, y pasamos directamente a la tercera: “Nightclub 1960”, en una grabación realizada durante el Concurso de Música de Cámara 2002 del Conservatorio “Manuel de Falla”. Según Piazzolla, para 1960 el tango ya había sufrido una revolución fundamental: de música bailable había pasado a ser "escuchable", y la gente concurría "a los Night Clubs para escuchar seriamente el nuevo tango".

Cosa seria es también la “Chacarera para Adolfo” que Luis Salinas le dedica a Adolfo Ábalos, a quien estuvimos recordando en estos primeros episodios de estudio de noche. Y por supuesto, ningún programa que se precie puede mencionar la palabra “guitarra” y obviar a nuestro primer gran héroe de las seis cuerdas, el genial Oscar Alemán. Elegimos “Caminos cruzados”, porque es una obrita encantadora, y además porque da cuenta de los recorridos un tanto caprichosos que proponemos en el programa.

Y hablando de caprichos, Paganini es uno de los que quedaron afuera de esta primera selección. Es que además de tocar el violín como los dioses –como los mil demonios, sería más apropiado decir, habida cuenta de su pacto con el diablo–, el compositor italiano también hacía maravillas con la guitarra. Otro que, según cuenta la leyenda, también realizó un pacto con Mefistófeles fue Robert Johnson, y lo que extrajo de su guitarra después de entrevistarse con el Príncipe de las Tinieblas fueron unos sonidos que acabarían convirtiéndose nada menos que en rock and roll. Alguna vez escucharemos algo de Mr. Johnson, como le dice Clapton, en estudio de noche. Al fin de cuentas, es un horario adecuado para un encuentro con el diablo. Atenti, porque en cualquier momento se viene otro programa dedicado a las seis cuerdas, y aprovecharemos para convocar a profesores y estudiantes de los conservatorios y para seguir recordando a los "guitar heros" de estas y otras latitudes. A Jimi Hendrix ya lo escuchamos en el primer programa, así que no se puede quejar… En realidad, nadie se puede quejar, porque terminamos el programa de hoy con un temazo de los Beatles (“If I fell”, de la banda de sonido de A Hard Day’s Night) en los dedos mágicos de Chet Atkins. Guitarra, vas a cantar.

Hasta mañana.

Lista de temas del programa # 3

Bordel 1900 (Ástor Piazzolla) – Luis Rocco, flauta; Víctor Villadangos, guitarra
Giga de la Suite para laúd en Mi menor, BWV 996 (Johann Sebastian Bach) – Juan Pablo Esmok Lew, guitarra
Nightclub 1960 (Ástor Piazzolla) – Eduardo Sasiain Huertas, flauta; Federico Mercado Díaz, guitarra
Chacarera para Adolfo (Luis Salinas) – Luis Salinas
Caminos cruzados (Ernesto Lecuano) – Oscar Alemán y los 5 Caballeros
If I fell (Lennon / McCartney) – Chet Atkins

miércoles, 14 de mayo de 2008

Episodio 2: Derecho viejo

Lo prometido es deuda. Habíamos adelantado que se venía un homenaje poco usual al recordado Adolfo Ábalos, y empezamos el programa yendo directamente al grano (una abierta provocación a los productores agropecuarios). Volvimos a escuchar “El gatito de Tchaikovsky”, pero esta vez el arreglo de Juan Ignacio López fue apenas el punto de partida para un ciclo ad hoc más extenso y, sí, verdaderamente trasnochado.

Es que si Adolfo Ábalos pudo transformar un cisne en gato, nosotros le agregamos a eso un mono, y escuchamos al “Mono” Villegas interpretando “Mood Indigo” de Duke Ellington junto a Jorge López Ruiz en contrabajo y Eduardo Casalla en batería. La asociación no es tan descabellada, habida cuenta de la curiosidad a la que hicimos referencia en el programa anterior: Adolfo Ábalos nació en la misma manzana de Buenos Aires en la que, un año antes, había nacido Enrique Villegas (la misma manzana, dicho sea de paso, en la que nació Aníbal Troilo). Por último, para cerrar el círculo zoológico-musical, escuchamos al propio Ellington sometiendo a Tchaikovsky a una alquimia de neto corte etílico, transformando a la inocente Hada del Copo de Nieve en una femme fatale pasada de copos y de copas. “Sugar Rum Cherry” se llama el trago, incluido en las Three Suites del Duque.

Pero tampoco es cuestión de dedicar todo el programa a jugar a la asociación libre de temas (aunque esa bien puede ser una consigna para desarrollar en el futuro, ¿qué les parece?), de modo que dedicamos el bloque siguiente a anunciar el seminario “El violín en la música Argentina” que el Prof. Sebastián Masci comenzó a dictar el lunes pasado en el Conservatorio de la Ciudad “Ástor Piazzolla”. Son cinco jornadas en días lunes, la última de las cuales, el 9 de junio, consistirá en un concierto de cierre. Ya hablaremos más del seminario, y seguramente tendremos al propio Masci contándonos algunas curiosidades del instrumento. Por lo pronto, hoy lo escuchamos interpretando junto a Irene Amerio la Balada para violín y piano, Op. 31 de Julián Aguirre.

Entre paréntesis: en este preciso punto del programa, intenté sentar posición respecto de la nomenclatura de “clásica” con la que suele hacerse referencia a la música europea y occidental de tradición escrita, pero temo haberme embarullado más de la cuenta. Con un poco de suerte, tendremos ocasión de discutir el asunto en emisiones posteriores, conversando con compositores, directores de orquesta, críticos e incluso también con seres humanos. De todos modos, como para dejar plantada la inquietud y sembrar la polémica (otra vez provocando al “campo”), digo lo siguiente: la categoría de “música clásica” es un invento del que cuanto antes nos desembaracemos, mejor. Es un término producto de un uso profundamente reaccionario del lenguaje, algo que no le hace justicia en absoluto a la música que queda englobada dentro de él. To be continued

Y luego el bloque final, dedicado a recordarles la actuación de Amijai Shalev en bandoneón, Sebastián Tellado en flauta y Manuel Moreno en guitarra, hoy mismo, miércoles 14 de mayo, a las 20 horas en la hermosa sala del Complejo Cultural 25 de Mayo, allí por Villa Urquiza (Av. Triunvirato 4444). Intepretarán obras que van de Bach a Arolas, y precisamente con una obra de Arolas cerramos el epsodio 2 de estudio de noche. Y si abrimos el primer programa con los muchachos del Cuarteto Bien Pulenta haciendo “Pata ancha”, no era cuestión de ser menos en esta segunda emisión. Así que terminamos una vez más bien pulenta y le damos para adelante, “Derecho viejo”.

A propósito: “Derecho viejo”, compuesta por Eduardo Arolas a comienzos de siglo (XX), originalmente no tenía letra, y fueron dos los poetas que, tardíamente, se le animaron (y eso sí que es hacer “pata ancha”, al fin de cuentas). No son versos necesariamente inspirados, pero hay un par, al menos, que sirven para evocar la trasnoche en la radio. Dice Gabriel Clausi:

sigue, sigue tu canción
para alegrar esta velada linda.


Nosotros seguimos mañana.

Lista de temas del programa #2

El gatito de Tchaikovsky (Adolfo Ábalos) – Juan Ignacio López (guitarra y arreglos)
Mood Indigo (Duke Ellington) – Enrique “Mono” Villegas Trío
Danza del Hada del Copo de Azúcar (Tchaikovsky / Ellington) – Duke Ellington
Balada para violín y piano, Op. 31 (Julián Aguirre) – Sebastián Masci, violín; Irene Amerio, piano
Derecho viejo (Eduardo Arolas) – Cuarteto Bien Pulenta

martes, 13 de mayo de 2008

“Born under a bad sign”

Largamos, nomás, nada menos que un martes 13. Eso sí que es coraje. O bien, como decía Martín Fierro (léase fieyo):

El que se tiene por hombre
Ande quiere hace pata ancha.

Y con “Pata ancha” empezamos, pues. Agradecemos a la gente del Cuarteto Bien Pulenta, que nos hizo llegar su disco Tango a la que te criaste. Ya los tendremos como invitados en el estudio para que nos cuenten cómo fue que se les ocurrió meter semejante solo de violoncello en el tango de Mario Demarco. Flor de arreglo para un comienzo bien pulenta.

Después, una especie de exorcismo. Es que no hay gente más supersticiosa que los artistas, y el programa está dedicado precisamente a ellos. A los consagrados y a los que se están formando. Así que de alguna manera había que hacerles sentir que no hay nada de qué preocuparse. Ni siquiera un martes 13 pude ser un mal día si uno lo empieza escuchando “Superchería” de Pescado Rabioso.

estudio de noche tiene también su corazoncito experimental, así que el bloque siguiente se lo dedicamos a dos de los integrantes del conjunto italiano Nuove Forme Sonore, que nos visitaron para ofrecer conciertos, talleres y masterclasses. El gurú del grupo, por llamarlo de alguna manera, aunque más no sea por su estampa de vikingo zen, es el notable Giancarlo Schiaffini, que es capaz de hacer sonar una tuba como uno jamás imaginó que ese instrumento podía sonar, es decir: bien. Bromas aparte (o no tanto), escuchamos “El vuelo irresistible del moscardón”, de su disco Tuba libre, de 1997. Schiaffini compuso las obras de ese disco después de un viaje a Cuba, del que volvió maravillado. El título de esta pieza, según su autor, alude a que lo que se creía imposible (la supervivencia de un pueblo a un bloqueo feroz por parte de una superpotencia) no sólo puede ocurrir, sino que además puede ser maravilloso.

Le dedicamos también unos minutos a los primeros compases de una obra de Salvatore Sciarrino, “Come vengono prodotti gli incantesimi?”, que forma parte de una obra más amplia, Fabbrica degli incantesimi, escrita íntegramente para flauta solista y dedicada a Roberto Fabbriciani, otro de los integrantes de Nuove Forme Sonore. Exagerando un poco (pero nada más que un poco), podríamos decir que el propio Fabbriciani es la “fábrica de encantamientos” a la que alude la obra, porque el flautista romano se despachó con una clase verdaderamente magistral, en todos los sentidos posibles de la palabra. Fue hace poco más de una semana, en el Conservatorio “Manuel de Falla”, y ya le dedicaremos más tiempo a repasar algunas de las ideas que expuso en aquella oportunidad.

Mención especial para Matías Giuliani y Darío Halfin, que compusieron la música que se puede oír en la cortina del programa. Por ser la primera emisión, nos tomamos un minutito para disfrutarla entera, sin cortes ni agregados. Pura creación sonora para estudio de noche. Gracias, pues, a ambos.

Otra mención especial, menos festiva, para Adolfo Ábalos, que falleció ayer en la ciudad de Mar del Plata, en donde residía desde 1969, y en donde había sido nombrado recientemente Ciudadano Ilustre. Curiosamente, Ábalos había nacido en agosto de 1914 en la misma manzana de Buenos Aires en la que había nacido, un año antes (también en agosto, pero de 1913) Enrique “Mono” Villegas. Mañana estaremos homenajeando a ambos, con una ayudita del amigo Ellington. Hoy, por lo pronto, escuchamos su “Gatito de Tchaikovsky”, basado en la “Danza de los cisnes” del ballet El lago de los ídem. Esuchamos un arreglo para guitarra, a cargo de Juan Ignacio López, de la carrera de Tango y Folclore del Conservatorio “Manuel de Falla”. Si alguien dudaba de la excepcional estatura musical de Adolfo Ábalos, basta con escuchar este prodigio mediante en cual logró transformar un cisne en gato...

... un gato negro, habrá de ser, tratándose de un martes 13. Y el primer programa que se nos fue volando, con varios temas pendientes para continuar desarrollando en los días que vienen. Por lo pronto, seguiremos escuchando a los Nuove Forme Sonore. Recuerden que pueden asistir como oyentes al taller de improvisación vocal, en la sede central de la Escuela Metropolitana de Arte Dramático (Sarmiento 2573). Y el miércoles empezamos el ciclo de conciertos en el Complejo Cultural 25 de Mayo, en Villa Urquiza (Triunvirato 4444). La cita es a las 20 horas, en la hermosa sala del primer piso. Allí podrán escuchar a Amijai Shalev (un bandoneonista cuyo nombre nos será cada vez más familiar, seguramente) y al dúo conformado por Sebastián Tellado en flauta traversa y Manuel Moreno en guitarra.

El cierre del programa quedó en manos de Jimi Hendrix, en una versión de alto voltaje del clásico de Albert King, “Born under a bad sign”. Título ineludible para un ciclo que se inaugura nada menos que un martes 13. Otra alquimia extraordinaria, bien blusera: transformar la desgracia en belleza, crear una obra de arte al borde del abismo.
Hasta mañana.

Lista de temas del programa #1

Pata ancha (M. Demarco) – Cuarteto Bien Pulenta
Superchería (L. A. Spinetta) – Pescado Rabioso
El vuelo irresistible del moscardón (G. Schiaffini) – Giancarlo Schiaffini
Come vengono prodotti gli incantesimi? (S. Sciarrino) – Roberto Fabbriciani
El gatito de Tchaikovsky (A. Ábalos) – Juan Ignacio López
Born under a bad sign (A. King) – Jimi Hendrix

viernes, 9 de mayo de 2008

Largamos el lunes (o sea el martes)

El espacio y el tiempo suelen jugar a las escondidas. El problema es que el espacio no tiene dónde esconderse, y el tiempo cuenta hasta diez y vuelve a empezar. Como juego, es bastante complicado. Y nunca falta el filósofo que afirma que espacio y tiempo son dos caras de la misma moneda, lo cual le daría la razón a Franklin cuando decía aquello de “Time is Money” (que “Space is Money” es algo evidente para todos los que tenemos que pagar el alquiler... y el cable).

A mí, la propuesta que más me gusta es la de Agustín de Hipona, que describe al tiempo como distentio animi: el movimiento del alma –digámosle la conciencia, para darle un toque más existencialista al asunto– cuando se expande. Incluso podría ensayarse una traducción bien literal y chabona, del estilo “distensión del ánimo”, y aprovecharla para el programa. Así, estudio de noche sería el espacio de tiempo (nótese la deliberada confusión de dimensiones, casi tan violenta como esa otra de “milanesa napolitana”) en el que el ánimo puede distenderse.

Pero el problema del espacio y el tiempo persiste. Es probable que todos hayan sufrido alguna vez un desencuentro en una de estas dimensiones, o en ambas: esperar, por ejemplo, en una esquina a una persona que aguarda con la misma impaciencia que uno, a dos o tres cuadras de distancia. O en la misma esquina, pero un día más tarde. O todo eso junto, lo cual ya sería una catástrofe. Si el tiempo fuera una realidad verdaderamente uniforme, la impuntualidad sería un lujo de excéntricos o snobs. Sin embargo, es uno de los fenómenos más comunes del mundo, al punto que cuando dos personas llegan a la vez a una cita, lo que verdaderamente ocurre es que ambos han sido impuntuales al mismo tiempo.

Por eso es que se adoptan ciertas convenciones, para intentar poner un poco de orden en semejante confusión. En el caso del tiempo, contamos los años, meses, semanas, días, horas, minutos, segundos (y una infinita gama de etcéteras que desborda esa enumeración por ambos extremos). El tiempo, como decía otro filósofo, es lo que evita que todas las cosas ocurran a la vez.

Pero claro, también hay que tomar en cuenta el espacio porque, ¿cuándo empieza un día, por ejemplo? Algunos dicen que el día empieza antes en Australia que en la Argentina, aunque otros responderán que, en rigor, empieza en ambos al mismo tiempo: a las 00.00 del día correspondiente. Si así no fuera, ¿la Tierra sería más antigua del lado australiano que del argentino? ¿Mi cabeza cumpliría años antes que mis pies porque salió antes del vientre de mi madre? ¡Qué complicación! Paenza… ¿estás ahí?

En definitiva, no nos queda otra que atenernos a ciertas convenciones. En la radio, por ejemplo, para saber cuándo termina un día y empieza otro, tenemos el Himno Nacional.

En cualquier caso, estudio de noche arranca el lunes.

Bah, el martes, en realidad, porque empieza después del Himno.