miércoles, 11 de mayo de 2011

Victoria, siempre

Llegó a mis manos el flamante La música en el grupo Sur. Una modernidad inconclusa (Eterna Cadencia, 2011) del amigo Pablo Gianera. Desconecté el teléfono, apagué la tele y me senté a leerlo. Ya era de noche cuando lo terminé y estoy seguro de que muy prnto lo estaré leyendo nuevamente. Se sabe: los buenos libros invitan a la relectura.

No pretendo hacer una reseña exhaustiva del libro, pero sí me permito hacer algunas observaciones. Una es que, más allá del objeto puntual de estudio -los poco más de 100 artículos dedicados a cuestiones musicales en los 349 números de la revista Sur y la particular relación de algunos de los integrantes del grupo con la música-, el libro de Pablo trasciende ese interés preciso y se termina convirtiendo en un comentario agudísimo sobre la música argentina, a secas. Acaso borgeanamente, el Gianero Solitario parece moverse entre los límites impuestos por el grupo Sur -Villa Ocampo, la redacción de la revista, el paso fugaz por el directorio del Teatro Colón- pero en realidad nos ofrece, si se mira bien, un panorama problemático del campo musical argentino y de su proverbial desfasaje respecto del más amplio marco de la cultura, particularmente la literaria. Algo así estaba ya presente en la segunda parte de La máquina cultural de Beatriz Sarlo, en la que la figura de Victoria Ocampo funcionaba más como definición de un tipo de perfil de intelectual argentino que como análisis contingente de un personaje. Después de una primera lectura, me animo a decir que allí reside el principal interés del libro: en el cruce de las categorías de esnobismo, vanguardia y modernidad para trazar las coordenadas de una música argentina que, como señala Pablo al final de los "Agradecimientos", todavía mantiene abiertas muchas de las cuestiones que en su momento fueron planteadas -incluso involuntariamente- en las páginas de Sur.

Insisto, no es mi intención hacer aquí una recensión de La música en el grupo Sur. Una modernidad inconclusa. Sí pretendo recomendar calurosamente su lectura y, eventualmente, en próximas entradas, continuar con las discusiones a las que Pablo invita desde sus páginas. To be continued...

[Igor Stravinsky y su hijo flanquean a Victoria Ocampo en Villa ídem]

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