sábado, 27 de junio de 2009

Has! Has! Irimiru karabrao!



En la entrada anterior escribí que el crítico debería hacer pogo, al menos una vez en su vida.

Hoy me pregunto por qué el mosh nunca prendió en el ámbito de la música llamada "clásica", como sí lo hizo, evidentemente, en el campo de la música nacional y popular.

¿Cuál es, entonces, la más maravillosa música?

***
Post-scriptum del lunes: estaba en el estudio de Radio Nacional Clásica mientras se difundían los primeros resultados de las elecciones. Le dedicamos el programa de ayer a las óperas de Hector Berlioz, y dejamos para el final esa genialidad que no es una ópera, pero casi, que se llama La damnation de Faust. Y hete aquí que, en el televisor que está ubicado en el estudio -sin volumen, desde ya- se veía la sonrisa de Narváez rodeado de su gente que festejaba el triunfo. Sonaban los acordes de la "Cabalgata infernal y Pandemonium" de Berlioz, y la imagen resultante era bastante apropiada: un Narváez sonriente hablando ante su público mientras los coros infernales cantaban la victoria de su líder. Has! Has! Irimiru Karabrao!

Los diarios han ungido a Cobos, Reutemann y Macri como "presidenciables". Si la esperanza del progresismo es Scioli, quiere decir que estamos en el horno.

Has! Has!

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