miércoles, 17 de febrero de 2010
invasión
Es una sensación nueva. No quiere llamarla nostalgia, aunque hay algo de eso en todo el asunto. Z está sentado en el lugar de siempre, en el café de todos los días. Le cuesta concentrarse. Y, de acuerdo, lo que tiene entre las manos son las páginas de un diario de la capital, no una disertación acerca de los universales en el Medioevo tardío, o un paper que demuestra la velocidad exacta a la que se expande el Universo. Pero es difícil mantener la concentración entre las interjecciones de los abogados que les gritan a sus teléfonos celulares. Z a veces piensa que las llamadas telefónicas tienen lugar de una mesa a la otra. Que lo único que existe es ese café, esas mesas, comunicadas entre sí por los teléfonos celulares de los abogados que a esa hora de la mañana, cerca de los Tribunales –pero ¿qué Tribunales si sólo existen ese café, esas mesas?– se ocultan detrás de la cortina de humo del salón fumador.
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1 comentario:
This is the next century......................
where the universal's freeeeeeeee...
You can find it anywhere...
The future's just been sold.
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