jueves, 7 de abril de 2011

el verdadero music-hall


La figura del DJ es ambigua. The Smiths sugerían colgarlo en el temazo "Panic". Pappo le espetó a DJ Dero el célebre "conseguí un trabajo honesto". Otros, sin embargo, imaginaban al mismísimo Creador como un disc-jockey más o menos caprichoso: el tano Ligabue, por caso, se preguntaba si en el cielo pasaban a The Who, cómo se llamaría el DJ y si escuchaba los pedidos que le hacía la gente. A mí me gustan esos versos de REM, con los discos de vinilo musicalizando el fin del mundo, el más allá como una lista de temas infinita y, uno espera, personalizada:

Death is pretty final,
I'm collecting vinyl,
I'm gonna DJ at the end of the world.

'Cause if Heaven does exist
With its kickin' playlist,
I don't wanna miss it at the end of the world!

Y hablando de no perderse la lista de temas, no dejen de asistir, si tienen tiempo y andan por el centro, al ciclo Música en el Hall del San Martín. Allí, DJ Fischerman entrega, de martes a viernes y de 13 a 14.30, una selección de música habitualmente imperdible. Yo estuve en las dos primeras sesiones, y así es como pude conocer a grupos como el colombiano Sinsonte, o a ese tremendo cantante que es Darius de Haas. También pude escuchar a viejos conocidos como Johann Sebastian Bach o Felix Mendelssohn, y hasta me di el gusto de escuchar, en esos puffs irresistibles ubicados en el living del teatro, a William Byrd y Genesis, uno a continuación del otro. Y si uno ya sospechaba que la influencia de la música inglesa de la época isabelina era importante en lo que, vaya a saberse por qué malentendido, se terminó llamando "rock sinfónico", Diego despejó toda duda.

Y esto, según parece, es sólo el comienzo.