sábado, 27 de diciembre de 2008

salute

Terminó la primera temporada, y como ya me despaché al aire con todos los lugares comunes que se transitan en estas ocasiones, aprovecho esta última entrada del año para cosas más interesantes... Por ejemplo, para dejar algunos links de regalo, yapa, bonus tracks o como gustéis.

Lo que pueden ver acá es una muy divertida performance de Rob Paravonian, que se dedica a explicar cómo es que el Canon de Pachelbel lo persigue adonde quiera que vaya. Si el pobre Bob hubiese escuchado el último programa de estudio de noche se habría llevado una muy desagradable sorpresa, al comprobar que, finalmente, el tema con el que cerramos la primera temporada fue... el Canon de Pachelbel. Es que, para los que no están familiarizados con la música del Barroco alemán, la melodía del Canon de Pachelbel tal vez les resulte más conocida por aquello de "Todo concluye al fin... etc", entre tantas otras célebres canciones de los más variados géneros y estilos, como bien demuestra este Pachelbel Rant de Paravonian, que incluye inspiradísimos versos tales como

Punk music is a joke
It's really just Baroque.

Igualmente recomendable, con una combinación perfecta de espíritu navideño, juguetón, decadente, irónico, festivo y conmovedor (y todo al mismo tiempo, como debe ser), es esta "Christmas card from a hooker in Minneapolis". Si logran entender el pseudo-etílico inglés de Tom Waits, van a experimentar un momento mágico. Los que no lo logren, pueden espiar esta apresurada versión castellana. En cualquier caso, no se pierdan la que para mí es una de las mejores canciones de Tom Waits, y seguramente una de las mejores canciones de Navidad de todas las épocas:

Tarjeta navideña de una prostituta de Minneapolis

Hey, Charlie, estoy embarazada
y vivo en la Calle 9
justo arriba de una sucia librería
a metros de la Avenida Euclides.
Dejé las drogas
y dejé también el whisky;
mi marido toca el trombón
y trabaja en el autódromo.

Dice que me ama
aunque el niño no sea suyo.
Dice que lo va a criar
como si fuera su propio hijo.
Me regaló un anillo
que había sido de su madre
y me lleva a bailar
todos los sábados a la noche.

Hey, Charlie, pienso en vos
cada vez que paso por una estación de servicio
por todo el fijador
que te ponías en el pelo.
Todavía tengo ese disco
de Little Anthony & The Imperials,
pero me robaron el tocadiscos,
¿qué te parece?

Hey, Charlie, casi me volví loca
cuando arrestaron a Mario.
Así que me volví a Omaha
a vivir con mis padres.
Pero todos los que alguna vez conocí
están muertos, o presos,
así que regresé a Minneapolis
y esta vez creo que me voy a quedar.

Hey, Charlie, creo que soy feliz
por primera vez desde el accidente.
Me gustaría tener todo el dinero
que solíamos gastar en drogas.
Me compraría un lote de autos usados
pero no vendería ninguno.
Simplemente usaría un auto distinto cada vez,
según el humor de cada día.

Hey, Charlie... Dios mío,
¿querés saber la verdad?
No tengo marido,
no toca el trombón.
Necesito pedirte dinero
para pagarle a este abogado.
Y Charlie, hey,
creo que me darán libertad condicional...
Date una vuelta para San Valentín.

Finalmente, es probable que la tradicional pirotecnia de Año Nuevo cause los mismos estragos de siempre, lastimando párvulos, asustando perros, desbordando las guardias de los hospitales y todas esas cosas que demuestran que, a pesar de que los años van pasando, el ser humano sigue tan estúpido como la primera ameba que se animó a salir del agua. Y eso que la ameba era lo suficientemente inteligente como para no manipular explosivos. Y hablando de eso: lo que pasa es que los fuegos artificiales son un invento chino, y los chinos no son tontos y tienen siglos y siglos de sabiduría oriental que impiden que los rompeportones les exploten en la cara. En cambio, Occidente estima conveniente probar la bomba atómica en tierras orientales, y cada tanto hacer volar por el aire alguna ciudad del Oriente más cercano. En cualquier caso, la recomendación de estudio de noche es, para estas fiestas, reemplazar las explosiones por música. Si les resulta imprescindible algún que otro cañonazo, pueden recurrir a alguna buena versión de la Obertura 1812 de Tchaikovsky, o eventualmente a la versión original de la Música para los Reales Fuegos de Artificio de Handel, que cumple con la mayor cuota de estruendo posible dentro de la música barroca. Si no, sepan que siempre pueden recurrir a una buena dosis de "TNT", como ésta que pueden ver y escuchar acá, gentileza de AC/DC, en vivo en Madrid. Dicho sea de paso, el video sirve también como ejemplo del uso que se le debería dar hoy a las plazas de toros. Más rocanrol y menos carnicería.

Por lo demás, ya saben: los mejores deseos para el año que viene, atentos en febrero porque volveremos al aire, y que pasen unas merecidas vacaciones.

Para los que van a rockear, salute.

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