miércoles, 16 de diciembre de 2009

ficciones

La entrada anterior podría entrar en la categoría de la ciencia ficción. Hay ciertas marcas en el relato que justificarían la inclusión en el género fantástico. La presencia de lo sobrenatural y ciertos rasgos utópicos se advierten, por ejemplo, en el hecho de que Antonio y sus amigos asisten a una función del Teatro Colón y en que Abel Posse no es el Ministro de Educación de la Ciudad de Buenos Aires.
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Lo dicho, entonces: la entrada anterior podría entrar en la categoría de la ciencia ficción.
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La realidad, por otra parte, parece escrita por George A. Romero.

1 comentario:

Gustavo Fernández Walker dijo...

Acabo de reparar en que la imagen que ilustra la entrada anterior pertenece a uno de los laterales del Duomo de Milano. Se puede ver el gesto de dolor del hombre que está en posición horizontal, seguramente debido a que un objeto contundente lo golpeó en el rostro. Es que por estas horas, en Milán, vuelan objetos contundentes... Intuyo que hubo algo de premonitorio en la elección de la imagen.