Me dice un amigo que no, que esta versión de Sherlock Holmes es un desastre, que es basura hollywoodense y que Peter Cushing es mil veces mejor Holmes que Robert Downey, Jr.
Lo de "hollywoodense" es cierto. No estoy seguro respecto de lo de "basura". Y decididamente no estoy de acuerdo con la supuesta "(in)fidelidad".
.
Ocurre en este caso algo similar a lo que sucedía con las interpretaciones belcantistas de la Callas, para muchos el non plus ultra de la lírica de comienzos del ottocento. Cuando las interpretaciones más, digamos, "filológicas" se apartaron del esquema establecido por Callas, Serafin & Co., los supuestos "puristas" pusieron el grito en el cielo ante semejante traición. Claro que lo que se había traicionado no era el supuesto original de Bellini o Donizetti, sino la imagen que de ellos nos había ofrecido una generación de grandes artistas, coincidente con la explosión del mercado discográfico.
.
Lo mismo con la supuesta heresía contra el "verdadero Wagner" del imaginario colectivo, que es, sí, verdadero, a condición de que el "Wagner" del que se hable sea el nieto Wieland y no el abuelo Richard.
.
Y no hay nada de malo en las críticas bienintencionadas -a cualquiera puede no gustarle la Sherlock Holmes de Guy Ritchie-. Pero criticarle que falte Peter Cushing es un poco demasiado. Sobre todo porque, con todo lo geniales que eran aquellas recreaciones británicas del detective más famoso, ni por asomo puede decirse que constituyan "el verdadero Sherlock Holmes", una entelequia que sólo existe como personaje delineado en las entregas de la Strand Magazine en las que unas y otras versiones -con más flema, menos tiros, más violines o menos cocaína- abrevan, siempre en forma selectiva, de acuerdo al signo de los tiempos.
.
Al fin de cuentas, es siempre la infidelidad la que hace a una historia interesante.
2 comentarios:
seré concisa y sencillita: me encantó esta película
cuándo volvés?
llego mañana!
Publicar un comentario