miércoles, 9 de junio de 2010

vigilante man


En breve, este blog volverá a tener a la música como tema principal. Mientras, leo que el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires incita a los vecinos a convertirse en eso que vulgarmente se conoce como "buchón", "vigilante" u otros epítetos por el estilo. En otro esfuerzo por apelar a lo peor de la naturaleza humana, la gente PRO sugiere que cada uno de nosotros denuncie a quienes cometen faltas de tránsito. Personalmente, me niego a realizar semejante tarea, a menos que me garanticen que, a cambio, podré entrar en las pizzerías a reclamar mi grande de muzza.

Me quedo con Woody Guthrie, toda la vida.

Posdata a las 23.30: Pensándolo bien, voy a hacer una denuncia: hoy, en la Ciudad de Buenos Aires, había un boludo andando en moto sin casco.

jueves, 3 de junio de 2010

¿quiénes?


El diario Página/12 comenta hoy los entretelones del acuerdo entre el Gobierno de la Ciudad y Mirtha Legrand para que la "diva de los almuerzos" transmitiera su programa en directo desde el Teatro Colón. Como bien se señala allí, la crítica se justifica no por el hecho de que se utilice la sala para un frívolo espectáculo televisivo (de hecho, en épocas más "progres", los premios Clarín se entregaban en el Primer Coliseo y a nadie "se le caían los anillos", por usar una anibalada), sino por el detalle de que los únicos invitados al almuerzo de honor son el Jefe de Gobierno y un par de sus ministros. Y dado que la producción del programa no ofrece nada a cambio (al fin de cuentas, el Sr. Von Buch al menos puso 80 lucas para alquilar el San Martín), el temor es que la contraprestación de la señora sea un favorable marco para un acto de campaña.

Ahora bien, la siguiente es la defensa del vocero del Jefe de Gobierno, Iván Pavlovsky: “No buscamos ningún rédito personal, porque tengo entendido que los productores intentaron invitar a personas vinculadas con la cultura y una estaba de viaje y otra tenía un problema que le hacía imposible concurrir”.

O sea que estamos fritos. Con uno de viaje y el otro con problemas, la cultura se quedó sin sus dos representantes.

Y ahora, ¿quién podrá defendernos?