Hay golpes en la vida, tan fuertes... Yo no sé!
Golpes como del odio de Dios; como si ante ellos,
la resaca de todo lo sufrido
se empozara en el alma... Yo no sé!
Son pocos; pero son... Abren zanjas oscuras
en el rostro más fiero y en el lomo más fuerte.
Serán tal vez los potros de bárbaros atilas;
o los heraldos negros que nos manda la Muerte.
Son las caídas hondas de los Cristos del alma,
de alguna fe adorable que el Destino blasfema.
Esos golpes sangrientos son las crepitaciones
de algún pan que en la puerta del horno se nos quema.
Y el hombre... Pobre... pobre! Vuelve los ojos, como
cuando por sobre el hombro nos llama una palmada;
vuelve los ojos locos, y todo lo vivido
se empoza, como un charco de culpa, en la mirada.
Hay golpes en la vida, tan fuertes ... Yo no sé!
Vallejo escribió estos versos antes de su célebre hipo, pero es uno el que a veces se atraganta después de leer algunas cosas. Ahora pienso en golpes y la palabra "Honduras" viene a la mente. Por las profundidades en las que Vallejo llegó con sus versos, pero también porque Latinoamérica sigue siendo una palabra compleja y extraña, más propia de poetas que de hombres de ciencia o historiadores. Leo que Chávez prometió respaldo militar al presidente depuesto, y que ese mismo presidente, Manuel Zelaya, es el único que reconocerá el gobierno de los Estados Unidos.
Y si Chávez y los Estados Unidos están de acuerdo en algo... Yo no sé!
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