Este blog está por cumplir un año.
Si les parece una innecesaria e insignificante muestra de autorreferencialidad, esperen a leer lo que sigue.
Hoy cumplo 30.
Acaso por ambas razones -y por otras que, ahora sí, sería un abuso de autorreferencialidad el exponer- habrá algunos cambios menores en el sitio. A eso alude el título de esta entrada, que es además el nombre de una de las mejores canciones del último disco de Bob Dylan, Together through life. (A propósito, ya tengo en mi poder la copia original del cd, legalmente adquirida, que pasaré a comentar en detalle en el transcurso de la semana.)
Verán, entre otras cosas, que el blog profundiza una tendencia de los últimos meses, y se independiza de su programa homónimo en AM 1110 -programa cuya escucha, en cualquier caso, se continúa recomendando desde estas líneas-. Habrá igualmente algunos cambios en la descripción del perfil, pero nada eso es importante. Bah... en rigor, nada de lo que se diga en un blog es tan importante, como bien apunta Diego Fischerman en su entrada inaugural al universo blogger, acontecimiento que se celebra incorporando el link en un lugar privilegiado de los "anónimos y enmascarados" de aquí al lado.
Curioso lo que allí señala Diego, porque, si mal no interpreto sus palabras inaugurales, los blogs -al menos algunos blogs: el de Martín Liut, el de Pablo Gianera, el de él mismo ahora y, en la medida en que se puede, también éste- parecen ocuparse de esas discusiones que quedan por fuera de los espacios que los medios les dedican a discusiones relativas al terreno del arte como campo de batallas culturales. Y digo "curioso" porque todos los bloggers mencionados -¡cómo me gustaría verles las caras cuando vean que se les aplica ese nombre!-, incluído un servidor, escriben/ieron/imos en medios de circulación relativamente masiva. O sea: no seríamos de esos bloggers que hacen oír sus voces en complemento o abierto enfrentamiento con las voces "autorizadas" o legitimadas por los medios, sino que esas mismas voces recurren al blog para canalizar inquietudes relacionadas con su propia práctica, que no pueden ser desarrolladas en sus respectivos espacios "oficiales". Parafraseando a Diego: ninguno de los blogs mencionados hablan de cocina oriental o futbol (bueno, tal vez la lamentable excepción sea éste, pero se entiende lo que quiero decir:) todos abordan la cuestión de la crítica musical o literaria de modos que serían impensables en medios "masivos", en donde se supone que esa discusión ya debería haber sido saldada. Y esto, me animo a sugerir, vale incluso para el de Pablo, enmarcado en el sitio de uno de esos medios: hay una mayor libertad, una idea de work in progress, que sólo es posible en el universo del blog.
En cualquier caso, la existencia misma de esos blogs (y su mayor interés, me parece), pasa por el hecho de que la crítica no es una cuestión saldada, ni mucho menos. Lo cual me lleva entonces a poner entre paréntesis la afirmación respecto de la superficialidad de los blogs. Hace tiempo que el reflejo de la actualidad argentina pasa más por la Revista Barcelona que por los diarios de circulación masiva, por no hablar de la televisión, cuya autorreferencialidad hace parecer mis "confesiones de 30" una verdadera niñería.
Y a veces se necesita un blogger para demostrar las (peligrosas, nada inocentes) niñerías de los medios. Aunque sea un blogger sin computadora, en el medio de África.
Con ustedes, Alfred Sirleaf.
Pasen y lean.
3 comentarios:
Estimado Gustavo: ante todo Feliz Cumpleaños, que la pases bien, justo dejé tu década en noviembre pasado!
Luego, me gustaría ampliar tus impresiones comentando lo siguiente: el compositor Marcelo Delgado escribió, lamentándose, que se escribe y se discute poco sobre música. Esto se evidencia, por ejemplo, en la blogósfera local. El problema es que son pocos los músicos que escriben sobre música. Las razones son múltiples. Pero, por lo pronto, luego de tres años de resaca por exceso de trabajo en el periodismo, me decidí a bloggear (como verás, no me asusta el término!), para empezar a romper, con los hechos en esa inercia.
Me fui del periodismo para dedicarme a hacer mi propia música y reingresar en el campo universitario (no "académico" que es sinónimo de "conservación" y la universidad que me gusta es la que pretende "generar conocimiento" e, inmediatamente, ponerlo en cuestión). Pero siento que, junto con hacer mi música, e investigar sobre música desde la UNQ, hace falta tejer redes más amplias y la web y los blogs son un buen vehiculo. Ahora falta que se larguen a escribir más personas,no solo los que pasamos por los medios. Pero soy optimista. Por lo pronto,fijate que aparece una publicación on line de córdoba el CDMCC. Veremos qué pasa. Saludos, Martín
Hola Martín! Gracias por el mensaje... Recuerdo que, cuando anunciaste tu decisión de alejarte del periodismo fuimos muchos los que, como primera reacción, lamentamos que dejaras ese espacio (supongo que muchos colegas y amigos te habrán dicho lo mismo). Sin embargo, a poco de pensarlo, e independientemente del hecho de que no habría por qué lamentar una decisión que tomaste en vistas a tu bienestar (anímico, intelectual, creativo, etc.), lo que en realidad uno se pregunta es, finalmente, dónde está la verdadera "acción". ¿En las páginas de un diario? ¿O, como bien señalás, en el campo musical propiamente dicho (el de la producción) y en el ámbito universitario? Personalmente, hubiera preferido ver en el diario tu crítica del concierto de Herreweghe antes que la del inefable Montero, adecuadamente vapuleada por Abel en tu blog. Pero ese es, en todo caso, un detalle menor. Este año empecé a dar clases en el Conservatorio (otro nombre que alude a la "conservación": como dijo Diego alguna vez, debería llamarse "reformatorio") y me encontré con una experiencia valiosísima. Creo que esos son ámbitos propicios para la discusión, para la producción misma, para la reflexión de los músicos sobre su propia actividad... Y en ese sentido creo que se puede ser optimista aún en un escenario pseudo-apocalíptico. Hay que dar peleas, por supuesto, pero por eso mismo hay qué saber distinguir cuáles son los escenarios propicios para ellas. Comparto, entonces, tu optimismo, y será cuestión de ayudar a tejer esas redes... Abrazo!
Feliz cumpleaños por dos, entonces, incluso siendo el mío un saludo tardío, que llego a su blog desde el de la amiga Silvia Dabul y me encanta recordar que alguna vez nos cruzamos en la redacción de una hoy acaso ignota revista, y me sorprende ver que tanta agua ha pasado ya debajo de los puentes desde entonces. Saludos.
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